En nuestra última visita al camping Itxaspe nos recomendaron esta ruta y después de visitar los Flysch por la mañana, decidimos hacer la ruta de los Tres Templos por la tarde. Cada uno de los templos está algo retirado del resto pero merece la pena visitarlos todos por lo diferentes que son entre sí y por lo curioso de las contrucciones. Hay una ruta para visitar los tres templos a pie aunque nosotros la hicimos en coche porque, como ya he comentado, la distancia entre ellos es grande.
La ruta nos llevará a conocer tres templos diferentes con personalidad propia pero que comparten un factor común: los tres templos son centros de peregrinación del País Vasco.
índice
Basílica San Lorenzo de Loyola
Es un edificio imponente que sorprende al visitante de este pueblo ya que nada hace sospechar que encontraremos una basílica como esta en esta zona. Después de aparcar en un pequeño parking que hay junto al parque situado frente a la basílica nos acercamos a conocer este majestuoso edificio.
Lo primero que encontramos es una gran escalinata y un gran pórtico curvo en que podemos ver el escudo de los Austrias y los Borbones y las imágenes de San Ignacio de Loyola, San Franciasco Javier, San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kotska, que fueron los principales miembros de la Compañía de Jesús que fundó San Ignacio en 1539.
Pudimos entrar a verla de casualidad porque el día que fuimos se celebraba una boda una hora más tarde y ya no permitían las visitas por lo que es posible que nos quedemos con las ganas de ver el interior. Afortunadamente no fue nuestro caso.
Al entrar nos sorprende la nave circular de la basílica de 33 metros de diámetro, aunque si algo resalta y llama la atención es la decoración barroca en la que destaca el mármol labrado con abundancia de dorados.
En el interior de la gran cúpula encontramos de nuevo el escudo de los Austrias y los Borbones y las estatuas de las ocho virtudes.
En el retablo mayor se representa la glorificación del santo y destaca la estatua de San Ignacio realizada en plata.
Sin duda la visita a esta espectacular Basílica no dejará indiferente a ningún visitante.
Casa – Torre
Al lado de la Basílica se encuentra la Casa -Torre de Loyola-Oñaz que data del s. XVI. Podemos realizar una visita sin guía con un coste de 4€.
En la entrada de la casa encontramos una escultura de bronce en la que se representa el momento en el que Iñigo de Loyola regresa a su casa después de ser herido en Pamplona.
La fachada de la Casa-Torre nos delata que el edificio fue remodelado pues se pueden distinguir dos partes bien diferenciadas:
– La parte inferior construida en piedra en la que podemos adivinar que fue la construcción inicial contruida con fines militares para demostrar el poder de la familia.
– La parte superior construida en ladrillo que supone una reconstrucción posterior de la torre pero ya no con fines militares sino como casa palaciega.
Planta Baja
En la planta baja de la Torre podemos encontrar los elementos defensivos del antiguo edificio construido con fines militares ya que es aquí donde podemos ver las troneras en las paredes y una puerta asegurada con tranca de madera.
Esta planta servía de granero, de caballerizas y de bodega.
Primera Planta
En esta planta se encontraban las habitaciones de los sirvientes y la cocina. La campana, el horno y los muebles que vemos son los originales.
Podemos ver una repicla de la espada que San Ignacio ofreció a la Viergen de Montserrat en 1522.
Segunda Planta
Esta es la planta noble de la casa, donde se encontraban las habitaciones de la familia así como el comedor y el resto de estancias que utilizaba la familia.
Podemos visitar el lugar exacto donde nació San Ignacio de Loyola, el escritorio y el oratorio. También podemos visitar el comedor y un oratorio.
Además de todo esto podemos realizar un viaje a lo largo de la vida de San Ignacio desde su nacimiento hasta su muerte a través de pequeñas maquetas y representaciones que nos cuentan las diferentes épocas de su vida.
Es una visita interesante si disponemos de un poco de tiempo.
La Basílica de Arantzazu
Un poco de Historia
En 1469 un pastor encontró una imagen de la Virgen y el pueblo caminó hasta Arantzazu en peregrinación. Para poder venerar la imagen de la Virgen levantan una ermita y después surge el santuario.
Entre los s. XVI y XIX Arantzazu es destino de peregrinación en el País Vasco y los peregrinos pasan noches en vela en el santuario como penitencia o simplemente para orar.
Entre los s. XVI y XVII Arantzazu fue detruida por un incendio y lo reconstruyeron dos veces pero de nuevo en el s. XIX el ejército liberal vuelve a incendiar el santuario. El 19 de octubre de 1846 se inagura la nueva iglesia.
En 1950 se inicia la construcción de la basílica que hoy día podemos visitar.
500 años después de que el pastor encontrara la imagen de la Virgen se consagra la nueva basílica en 1969.
La Basilíca
Está situada en medio de la montaña e impresiona por sus formas nada tradicionales. Sus torres se elevan con paredes decoradas com piedra labrada en punta de diamante. Es una imagen sobrecogedora que nos dejó sin palabras.
Nos acercamos a la gran iglesia y bajamos unas escaleras para acceder al interior. Las puertas son obra de Chillida y hay que tener fuerzas porque son muy pesadas.
En el interior encontamos una amplia nave muy poco iluminada ya que sólo entra la luz por unas vidrieras laterales y por unas pequeñas ventanas que se encuentran a lo largo de las paredes a mucha altura.
Lo más destacado de esta iglesia es el retablo que es una enorme pared decorada con madera labrada y en la que se encuentra en el centro una pequeña imagen de la Virgen mostrando a su hijo, Salvador del Mundo.
La Ermita de la Antigua
Esta modesta ermita se encuentra en Zumarraga y desde aquí podemos disfrutar de unas vistas espectaculares de la montaña. El edificio es de planta cuadrada construida en piedra lo que le da un aspecto más militar y defensivo que religioso. En la decoración del edificio encontramos diferentes estilos artísticos: románico, gótico, renacentista…
A pesar de su frío aspecto exterior sorprende la calidez de su interior. Está decorada con techos y bancos de madera. De hecho es el trabajo en madera lo que ha convertido a este edificio en Monumento Histórico-Artístico Nacional.
Podemos subir por unas escaleras que se encuentran en una de las paredes laterales a la planta superior desde donde podremos disfrutar de la iglesia.
Es una construcción de apariencia sencilla pero espectacular en su conjunto.
Sin ninguna duda recomiendo la visita a estos tres templos tan diferentes entre sí porque es un viaje en el que encontrarás tres edificios únicos con su propia personalidad y su propia historia esperando a revelar sus secretos y sus rincones más desconocidos.
Te acuerdas Diego? os falto ver el de Arantzazu
Yo si que me acuerdo! Que bonita es la ruta! La proxima en moto… 😋
Jo, esa zona en moto tiene que ser espectacular 😉
A mi me impresionó la cúpula del santuario de Loyola es preciosa.
Esta ruta me la apunto, no hemos visitado ninguno de los tres, y la verdad son espectaculares.
Genial Rebeca! te aseguro que no te defraudará El País Vasco siempre es interesante y esta ruta es muy curiosa dada la gran diferencia de estilos entre los templos que visitas.
Ya nos contaras vuestra visita 😉